miércoles, 13 de febrero de 2013

Metamorfosis por Gimnasio

Hace más de un año, concretamente en enero del año pasado comencé a ir al gimnasio. Este hecho supuso un cambio muy importante en mi vida.
Hay mucha hipocresía en el mundo como siempre hemos podido comprobar. La típica frase "Lo importante está en el interior", es una puta mentira como una catedral. El 99% de las personas que dicen eso lo dicen o para quedar bien o para aparentar, pero en la realidad no es así. Vivimos en un mundo superficial, los guapos o "tíos buenos" tienen éxito y los feos o gordos casi nunca suelen tener éxito, ¿hasta aquí todo obvio, no?
Yo antes pesaba 80 kilos, obviamente estaba gordo. A esta situación llegué por varios factores, uno de ellos fue porque quería ver si tenía más éxito el "tío bueno cabrón" o el "tío gordo buena persona", según la gente, el segundo ganaría; la otra razón es que no salía de mi casa y al estar solo y jodido sólo comía y me tumbaba en el sofá, además de sólo comer carne y postres, por lo tanto me pasé un poquito.
Sigamos, al cortar con mi ex estaba desesperado por no encontrar a alguien, sino por "divertirme" y "distraerme", cosa que no llegué a conseguir, no buscaba ninguna cosa seria, quizás solo un lío o poco más, pero como mucho cayó una chica una noche y ya fue después de ir al gimnasio, así que no cuenta.
Sigamos, otro factor por el que me apunté al gimnasio fue el espejo. El verte cada mañana, cada tarde, levantarte la camiseta y meter tripa intentando "engañarte", no sirve de nada, eso estaba ahí, me daba asco, sabía que nunca gustaría.
Realmente el asco me lo daba la sociedad, me refiero, es la sociedad quien elige todo, odiaba la sociedad, me odiaba a mí por no cumplir sus "requisitos".
Cuando me iba a alguna fiesta y la gente se quitaba la camiseta, estaban todos delgados o con algún michelín sólo, por lo que ni se me pasaba por la cabeza quitármela yo, poco a poco me iba jodiendo.
La gente también mucho decir que importa el interior, te dicen que eres buena persona o que "molas" pero a tus espaldas te llaman puto gordo de mierda.
Otra cosa también era cuando directamente te hacían bromas o se hacían comentarios como que tú eras el gordo del grupo, como me pasó con el grupo de Oudig.
Que hagan planes y no querer ir o replanterarte todo, como ir a la piscina y demás. Todo se fue juntando poco a poco, verte débil, como una mierda, dar asco. No aguanté más y al final tuve que hacerlo y me decidí; en enero del 2012 me apunté al gimnasio.
El primer día estaba nervioso, pensé que el entrenador iba a ser borde o que la demás gente iba a meterse o reírse de mí, malas experiencias que recuerdo en la entrada anterior.
Pero no, me preguntó cuál era mi meta y le dije que quería adelgazar y coger fuerza y al pesarme se sorprendió de mis 80 kilos, pues a simple vista no lo parecía y me llegó la mala noticia, los porcentajes decían que casi había llegado a la obesidad, el mundo se me cayó encima, por suerte me dijo que me apunté a tiempo.
Mi experiencia en el gimnasio fue muy gratificante, el entrenador pensó que no sería constante, pero ahí me tenía, ahí estaba yendo todos los días asignados, de lunes a sábado, con una hora de ejercicio cardiovascular más ejercicios variados.
Poco a poco fui viendo mi progreso. Esos 80 kilos bajaron a 76, 74, 70, 65 y 60. ¡Adelgacé 20 kilos! Y además ya tenía musculos y los abdominales se me marcaban, tenía ya brazo y ahora al mirarme al espejo no me daba asco. Y eso fue al partir de las primeras semanas no veía al "gordo de siempre" veía a un gordo que cada vez lo era menos, cada me iba pareciendo más a lo que quería ser. Me empecé a aceptar a mí mismo, cogí confianza, dignidad y empecé a quererme. ¿Todo por el físico? No. Simplemente no me aceptaba y encontré un cambió con el que aceptarme, empecé a ser más abierto, ya no tenía tanta vergüenza y poco a poco ya no me di asco. Y ese cambio me hizo ver que podía conseguir cualquier cosa si me lo propnía y era constante. Ahora iba con la cabeza alta por la calle, se acabó mirar al suelo, me sentía más seguro y eso se notaba.
Pero también hay parte mala en esta historia. El deseo de dejar de ser ese gordo del espejo se apoderó de mí y me obsesioné con el gimnasio hasta el punto de que al faltar un día se me acaba al mundo, de comer menos y obsesionarme con las calorías y demás. Y algunas veces hasta me salté alguna clase para ir y tener la tarde libre. No tenía control y quieras o no, el deporte y el ejercicio engancha y si por ejemplo estaba un mes o dos sin ir, al volver quería retomar demasiado rápido los pesos que podía levantar y me ponía de más y alguna vez casi me lesiono.
Yo sólo quería gustar, ser respetado, que no se riesen a mis espaldas, o que si lo hacían no fuera por ese motivo.
También la gente del gimansio fue un apoyo, a parte del entrenador, otras personas que había allí se preocupaban por ti y notaban si no ibas, te ayudaban y demás y algunas veces se compartían motivos de asistir al gimnasio o cosas cotidianas, allí estaba cómodo.
Al principio no me sentí cómodo pues algunas personas del grupo de Oudig se apuntaron también y se reían muchas veces por no poder levantar los pesos que ellos, coño con 80 kilos y sin casi fuerza, ¿qué se espera? No sé, no creo que fuera a malas, pero hacía daño.
Otra cosa que noté también fue la ligereza al andar, no me daba pereza caminar, me gustaba, ahora si perdía el bus o el tren podía correr y lo alcanzaba, como una vez dijo el dueño de mi gimnasio "coño, si es que antes era como si cargaras con una pesa de 20 kilos a todos lados" y tenía razón, ahora era más dinámico, no me cansaba tanto, y tenía fuerza para todos, y las pruebas física de mi insituto las bordé, de hecho este año también, pese a que llevo casi 5 meses sin ir, y las cosas que antes no me salían ni de coña ahora lo hago con los ojos cerrados.
En fin, la gente no se dio cuenta hasta después de que iba al gimnasio, pues seguía vistiendo la misma ropa. Hasta que un día empezaron a ir diciendo poco a poco "Coño, qué delgado estás", "¿tú no estabas gordo?" y demás cosas y algunas personas que antes sudaban de mí se empezaron a interesar, menuda hipocresía... ¿Importante el interior? Hasta que no adelgacé ni puto caso me hacíais...
Ahora mismo se ha ido alargando el ir al gimnasio, básicamente tema de dinero y demás, llevo 5 meses y claramente no tengo ni los músculos ni fuerza de antes, pero tampoco me preocupo, no me obsesionaré si vuelvo, hay otras prioridades y sinceramente, tal y como estoy me conformo, eso no significa que no lo vaya a coger con ganas, pues ganas tengo muchas.
Sinceramente, uno debe respetarse y aceptarse así mismo, quererse, a partir de ahí todo lo demás se puede ir solucionando, pero todo empieza ahí, porque si no no vas a poder sacar fuerzas de ningún sitio y una vez de que veas de lo que uno es capaz nadie, nadie podrá hundirte ni hacer que te rindas, uno es capaz de hacer cosas inimaginables sólo que si no nos creemos capaces nunca sacaremos las fuerzas necesarias.
Puede que suene algo exagerado por solamente ir al gimnasio, pero dije que fue una etapa importante en mi vida, y lo fue porque tuvo más significado de lo que se puede creer, encontré mi respuesta.